Una tarde de silencios que hieren como dagas, desangran el corazon y secan las venas.
Una tarde de miradas al vacio en busca de una señal de aliento inexistente.
Una tarde sin color y sin el cálido abrazo de una sonrisa.
Una tarde de asiento y plano sentimiento.
Una tarde que va perdiendo la luz cuando el sol cae en su lecho de sal.
Una tarde que no espera porque muere lentamente y se convierte en noche negra y sin estrellas.
Una tarde amarga, triste, solitaria, vacía, letal.
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