miércoles, 5 de agosto de 2009

ODISEA DE UN MUNICIPAL



Suelo hacer un paseo matutino(bueno,mas cerca del medio dia que de otra cosa)hacia la panadería,antes de empezar a pelearme con las sartenes y las cebollas y toda la puñeta de la comida.

Y me gusta sentarme en una terraza a tomar mi cortadito diario mientras observo el ajetreo de la plaza, paseantes, observadores, observados, turistas curioseando aqui y allá,y gente de diario en sus quehaceres rutinarios.
Vamos..lo de siempre.
Lo único que rompió ésta monotonía fué la simpática anécdota que protagonizó un policía municipal,intentando descolgar una rama seca que se había desprendido de una palmera y colgaba peligrosamente de un cable, amenazando con aterrizar sobre la cabeza de algun transeunte que se hubiera sentado en el banco de debajo.
Los esfuerzos de éste municipal resultaban de lo más cómico.
Ayudado por el palo de una fregona que le había dejado uno de los comerciantes de la zona, y subido temerosamente en el banco, se afanaba en golpear el extremo de la rama con la "vileda" en fracasados intentos de hacerla caer.
La golpeaba una y otra vez cual piñata de cumpleaños y nada.¡no había manera!
El pobre hombre sudaba a mares entre el calor y la verguenza.
No faltaban los voluntarios y "expertos" en el tema que se iban acercando a darle una u otra solucion-¡dale hacia arriba!.-¡dale hacia la derecha!...
Cansado ya y dispuesto a poner fin a la situacion,afinó la puntería y le
asestó tal golpe,que la cabeza de la fregona voló sobre nuestras cabezas, a punto de convertirse en la peluca azul improvisada de alguno de los que estábamos allí.
Frustrado por el fracaso, se bajó del banco y se limitó a mirar la rama con odio y desafio,como quien mira a los ojos de su peor enemigo.
La espectación iba en aumento,ya nadie se movía,todos queríamos saber como iba a terminar el duelo entre la rebelde rama y el municipal.
Lamenté mucho en ese momento no llevar la cámara conmigo.
El corro de gente se hacía cada vez más numeroso.
Y.....cual espontáneo en una corrida de toros,saltó al ruedo un chaval,le arrebató lo que quedaba de mocho al "torero-municipal",se subió intrépidamente al banco y tras un certero golpe,la rama cayó al suelo.
El público irrumpió en aplausos, el chaval devolvió la "fregona-estocada" a su dueño,recogió su mochila y se fué con las 2 orejas y el rabo.
Allí quedó la rama.
Allí quedó el municipal.
A partir de hoy,no volveré a dejarme la cámara en casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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